jueves, 17 de diciembre de 2009

Fin del mundo

Inevitablemente el fin del mundo ha llegado. Yo sabía que algún día ocurriría pero nunca pensé que sería testigo de ese último día. Evidentemente algo hicimos mal, los dioses se han enojado y nos han castigado apagándonos el sol. Todo comenzó alrededor del mediodía cuando el sol se ubicaba justo en línea vertical a nuestras cabezas. Al principio divisamos un punto negro en el borde superior izquierdo del sol. Pronto ese punto se fue expandiendo y en forma circunflexa de arriba hacia abajo, el sol fue desapareciendo. Los pájaros dejaron de cantar y volvieron a sus nidos. Nadie entiende nada. El cielo se tiñó de anaranjado y poco a poco quedamos inmersos en una profunda oscuridad. El cacique buscó la manera de mantener encendido al sol y ordenó que no dejáramos de tirar flechas de fuego en dirección al cielo. Al ver que nuestros esfuerzos resultaban inútiles, inmediatamente mandó a sacrificar a todos los niños varones menores de 7 años que se encontraban en la tribu. Este gesto, esta ofrenda a la pachamama, haría que los dioses encendieran nuevamente el sol.
Desapareció el sol y con el desaparecieron los atardeceres, el arco iris y todas las cosas hermosas de la vida. Dicen los sabios mas ancestrales que no desesperemos, que una leyenda cuenta que hace unos cuántos años atrás, civilizaciones pasadas vivieron un fenómeno similar y que con las ofrendas enviadas a los dioses, lograron que el sol poco a poco vuelva a aparecer casi de la misma forma en que había desaparecido. Hace unos minutos era de día y había un sol radiante, inexplicablemente en forma repentina quedamos sumergidos en las tinieblas de la noche. Yo, ya he tomado mi decisión, en unos minutos clavaré mi lanza sobre mi pecho y entregaré mi vida, quizás aún estemos a tiempo de detener esta catástrofe. El día debe volver a iluminarse.

martes, 8 de diciembre de 2009

Cuando pienso en usted

Cuando pienso en usted
todas las estrellas del universo empiezan a iluminar
miles de mariposas comienzan a revolotear
las flores abren pimpollos para mostrar
colores y aromas que quiero experimentar.

Luces de claridad
traen alas de libertad
pétalos de felicidad
apartan la soledad.

Cuando pienso en usted
puedo reír, cantar y volar
siento que todo se puede alcanzar.

Es que cuando pienso en usted
el amor traspasa la eternidad
y los sueños se convierten en realidad.

domingo, 29 de noviembre de 2009

A la espera de la salvación

"entre el cielo y la tierra hay mas filosofía de lo que tu sabiduría alcanza"
Y ahí estaba yo, más solo que nunca pero con el presentimiento de que me estaban observando miles de curiosos ojos. Recién habían transcurridos segundos en que había cerrado las puertas terrenales para encontrarme de frente con otro gran portal al cuál debía acceder. Jamás me había imaginado que el punto exacto entre la vida y la muerte sería un diminuto cubículo circular separado por dos grandes puertas que a la vez hacían de paredes. Techo no sé si había, era una especie de sala a cielo abierto. Sin dudas puedo asegurar que esa pequeña habitación era más grande de lo que parecía y que escondía en el aire los escritos y las penas de todas aquellas personas del mundo que transitaban por ese misterioso instante.
Ni bien cerré las puertas terrenales, avancé lentamente hacia la puerta que tenía a mi frente y la empujé tímidamente. Cómo no se abría, volví a intentar nuevamente pero esta vez con un poco más de fuerza. Comprobé finalmente que aún estaba cerrada y que debía aguardar a que alguien me abriese del lado opuesto. Debo admitir que nunca se me cruzó por la cabeza volver hacia la puerta que yo mismo había cerrado, pues la simple idea de que se vuelva a abrir me resultaba tan aterradora que el solo hecho de pensarlo me producía un escalofrío por todo el cuerpo. Ya conocía lo que había detrás de esa puerta y no tenía la más mínima intención de volver a cruzarla. Así que me senté a esperar mi turno y para matar la ansiedad me puse a escribir estas líneas. En un principio, pensaba contarles toda la historia de mi vida, pero lo que ocurrió aquel día se convirtió en el cuerpo principal de este relato. Aunque realmente no puedo aseverar cuánto duró esta pequeña odisea de estar en la antesala al paraíso, si fue un día o mas, o sin tan solo fueron horas o segundos. Es que allí uno pierde la noción de casi todo, el tiempo no es tiempo, no sé cómo explicarles.
En el preciso momento en el que la espera comenzaba a tornarse insoportable, se escuchó el ruido de una puerta abriéndose. Me paré abruptamente pensando en que por fin llegaría el momento en el que me reencontraría con mis seres queridos, pero lamentablemente la puerta que se abría no era la que yo quería, sino que era la misma por la que había entrado. Mayor fue mi sorpresa al encontrarme cara a cara con un muchacho vestido de payaso quien me confunde con San Pedro y me empieza a contar su vida. Me explica que había nacido en un pueblito poco conocido de la Europa Oriental, que sus padres eran los dueños de un circo, que durante su infancia no solo había aprendido el oficio de los malabares y piruetas sino que también debió trabajar para ganarse el pan y que a los 25 años, en uno de los tantos show de acrobacias se distrajo un segundo, calculó mal y cayó desde una altura aproximada de ocho metros. Y por ese error fatal acababa de cruzar la misma puerta que yo había cerrado minutos atrás. Le expliqué que no podía hacer nada, que esto no era el purgatorio y que yo no era San Pedro sino que estaba en su misma situación. Aclarado todo este mal entendido, el joven avanzó hacia la puerta, forcejeó unos segundos y tampoco logró abrirla. Se sentó a mi lado y cuando ya no sabíamos de que charlar, la impaciencia se volvió nuestra enemiga en común. Era la vigésima vez que intentábamos y la puerta seguía cerrada. Probamos golpeando la puerta, haciendo palmas, gritando socorro y nada. Nadie contestó nuestro llamado, ni siquiera rezando obtuvimos alguna respuesta. Hasta buscamos inútilmente algún mensaje que estuviera escondido en las paredes y mosaicos de la sala.
Resumiendo, yo, un anciano que había alcanzado los 95 años, y el joven muchacho de profesión payaso; los dos solos compartiendo un escenario desconocido y con el miedo persistente de quedar varados eternamente en el medio de la nada. Qué cosa extraña, acabábamos de morir y pareciera que en el cielo nadie estuviese preocupado por nosotros.
En un instante, la puerta volvió a abrirse y entró una mujer quien sin saludarnos comenzó a contarnos que ella también ya estaba harta de esperar. Nos dijo que eran varias las personas que estaban padeciendo nuestro mismo problema, que eran varias las salas de espera y que la puerta hacía rato que estaba cerrada y que creía que ya no la abrirían. El motivo textual: “el cielo está saturado de almas y no quepa ni un alfiler”. Luego, nos explicó acerca de la existencia de una sala de espera mas grande en donde se estaban juntando todas las personas que se encontraban en nuestra misma situación. Que no era el paraíso pero que era mucho mas confortable que estar en esta pequeña habitación. Nos describió que allí uno podía encontrarse con gente de todo el mundo y hasta con gente de otras épocas. Personas que habían vivido en el siglo V como personas del siglo XX. Era verdaderamente un crisol de almas de diferentes latitudes y de diferentes tiempos en donde la espera sería mas llevadera y en donde podríamos organizarnos en busca de una solución. Lo sospechoso era que la única que conocía cómo llegar hasta allá, era ella. Y para hacerlo debíamos salir por la puerta de entrada. Nos advirtió que confiáramos en ella, que no sería fácil pero que valdría la pena.
Esta era nuestra única escapatoria. Sin embargo el dilema que nos planteamos era saber qué nos esperaría del otro lado. La lógica indicaba que si esa puerta era la misma por la que entramos, casi seguro que nos volvería a conducir al mismo lugar en que estábamos minutos antes de morir. El payaso afirmaba que la mujer nos llevaría al lugar prometido. Yo sostenía que esa puerta nos devolvería al infierno terrenal. En verdad no quería cruzarla, pero la conjunción de una serie de elementos tales como ansiedad, soledad y desesperación, se sumaron a la insistencia de la mujer e hicieron que tomara la decisión que tanto temía. Así que tomé impulso y casi sin pensar en las consecuencias volví a cruzar la puerta.
Tan pronto como cruce la puerta, les juro que quise volver inmediatamente pero ya era tarde. Un golpe de electroshock despertó hasta la célula más ínfima de mi cuerpo y volví a aparecer en el lugar en el que estuve minutos antes de morir. Volví a ese maldito hospital, postrado en una cama con miles de tubos conectados y un grupo de médicos alrededor quienes celebraban mi reanimación. Quería moverme y no podía. Quería hablar pero tampoco podía. Solo podía ver y sentir los dolores de la muerte. En un estado de casi inconciencia, comencé a repasar los momentos mas importantes de mi vida. Había disfrutado de largas experiencias que hoy se convertían en una historia que pagaría por volver a repetir. No modificaría nada, excepto mis últimos 2 años en los que había tenido que sobrellevar esa enfermedad irreversible que poco a poco me fue sumergiendo en los abismos y las tinieblas espantosas del dolor y la agonía. Eso es algo que no me voy a cansar de cuestionarle al mundo moderno, la ciencia ha prolongado la vida humana pero en la mayoría de las veces (como en mi caso) a costas del sufrimiento ajeno.
Permanecí en este estado un largo tiempo, casi cuatro meses en el que los médicos hicieron todo lo posible por lograr mi recuperación. A pesar de todo, las cosas empeoraron día a día. Los familiares que en su momento se habían alegrado con mi supuesta “vuelta a la vida”, no hicieron mas que resignarse y uno a uno me fueron despidiendo en ese frío hospital. Y yo deseaba contarles de la existencia de otra vida, pero la comunicación me era imposible, mis limitaciones apenas me permitían abrir y cerrar los ojos. Tanto sufrimiento tuvo un fin. Después de esos interminables meses, mi organismo gritó basta y como a principios de este cuento, volví a cruzar la puerta de la pequeña habitación. Lo cierto es que ya no me importaba permanecer en esa sala a la espera de la salvación, ya no me importaba entrar o no al paraíso, solo quería que desaparecieran los dolores de mi cuerpo y en esa dimensión incierta conseguiría mi objetivo.
Al entrar me volví a encontrar en la misma sala en la que ya había estado. Esta vez era distinto, estaba convencido de que la puerta se abriría. A medida que me acercaba a la puerta una sensación de paz me fue atrapando. No se bien que es lo que habrá detrás de esa puerta. Lo importante es que yo ya había aceptado mi destino y evidentemente cuando uno acepta las cosas tal cual son, no hay paredón que nos pueda detener, desaparecen los candados y las puertas esperan ser descubiertas.

sábado, 3 de octubre de 2009

Buscando una estrella

Era una de las cosas que más le gustaba hacer: ni bien se hacía de medianoche, subía a su terraza, abría su sillita y se quedaba hasta altas horas de la madrugada contemplando el cielo estrellado. Ese era su espacio, su pequeña ventana para espiar el universo. La posibilidad de tener al mundo en sus manos lo llenaba con aires de grandeza, convirtiendo a su ego en el único dueño de todo ese cielo infinito. Esa sensación que experimentaba cada vez que subía a su terraza era algo indescriptible y para colmo no tenía que pagar ni un centavo por ello. Había llegado a contar hasta 33 estrellas en la ciudad, las que no se comparaban en nada a las 103 que había contado en sus vacaciones en el campo. Las estrellas lo llenaban de una paz extraordinaria, con ellas había aprendido la difícil tarea de escuchar el sonido del alma.
Sostenía con una seguridad inquebrantable que el amor de su vida se encontraba detrás de una de esas estrellas. Lo cierto es que sospecho que esa era la verdadera razón por la cual dedicaba su tiempo a observar el cielo. Aguardaba con ansias la noche en que caería desde el cielo aquella estrella fugaz que aterrizaría en sus pies para convertirse en mujer, en la mujer más hermosa que jamás haya imaginado. Él decía que pronto sucedería, que pronto esa estrella se interpondría en su camino. Lamentablemente nuevamente amanecía y siempre guardaba su sillita y decidía irse a dormir, pues tal vez en sus sueños pudiera encontrar a aquella mujer que la noche una vez mas le volvía a negar.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Noticias de este mundo.

Nunca había llegado a casa con la camisa tan transpirada como aquella vez, el viaje de la oficina a casa fue una odisea interminable. El día había sido mas que complicado, el calor sofocante había marcado los 39 grados y para colmo en Buenos Aires, en esta jungla de cemento en donde la humedad se convierte a la enésima potencia y el sol transforma las veredas en una enorme caldera agobiante. Por fin en mi hogar, sacándome el traje. La verdad que siento una gran envidia hacia todas aquellas personas que pueden ir a sus trabajos vestidos como se les antoja. No entiendo por qué estando en el siglo XXI, hemos logrado avanzar y cambiar tantas cosas pero aún no hemos sido capaces de modificar este protocolo anticuado de usar traje en verano. La ducha con agua fría fue un alivio mas que suficiente (aunque en verdad no era fría puesto que el sol había estado toda la tarde impactando de lleno sus rayos sobre el tanque de agua).
A pesar de que seguía haciendo mucho calor, era una noche espectacular. Preparé algo liviano para cenar y cuando ya estaba listo me senté en el jardín a disfrutar de mi plato. He aquí cuando sucedió todo lo que tengo para contarles. Es que fue justamente en ese momento en el que un objeto extraño cayó desde el cielo y golpeó contra mi cabeza. Este objeto, una simple piedra redonda de un diámetro de 5 centímetros, de un peso de unos 300 gramos y de un color rojizo plateado, tiene una apariencia y una procedencia mas que misteriosa. Lo que mas llama la atención es justamente su color espejado en el cual me veo reflejado todas las mañanas. Digo que cayó desde el cielo porque realmente es prácticamente imposible que viniera desde otro lado. He analizado todas las alternativas posibles, al principio pensaba que podía ser algún vecino pero rápidamente lo descarté pues ese razonamiento solo tendría sentido si el vecino fuese un superhéroe y gozara de una fuerza extraordinaria. Pensé también en que se podría haber caído de algún árbol, pero tampoco esto tiene lógica. Todas las hipótesis que imaginé, precipitadamente fueron refutadas. Con el tiempo me afiancé mas hacia mis teorías sobrenaturales que son las únicas que pueden explicar este suceso. Hoy en día sigo pensando en que ese objeto puede ser un pedazo de una estrella que se desprendió del universo y justo cayó en mi jardín o bien puede ser un objeto arrojado desde un plato volador no identificado.

Lo cierto es que recogí la piedra y la puse como adorno sobre el estante de mi habitación. Ya han pasado cinco años de aquel suceso y la piedra sigue brillando como aquel día en que cayó sobre mi cabeza. Algún día la llevaré a analizar, pero ya la siento parte mía y el miedo a desprenderme de ella es lo que me fuerza a no hacerlo. Ustedes piensen lo que quieran, pero les aseguro que esa piedra esconde un secreto que nunca me será revelado.

Noticias de otro mundo.

En una galaxia muy lejana, seres de otro mundo decidieron emprender una misión exploradora hacia el planeta Tierra. En aquellas regiones del universo se comenta que en la Tierra habitan seres inferiores, de inteligencia moderada y de comportamiento extraño. Hace años que se venía trabajando en este proyecto. Básicamente la misión consistía en lo siguiente: la nave partiría sin tripulantes para descubrir lo que ellos llamaban el planeta azul distante. Todo sería controlado desde una central de operaciones que estos seres inteligentes habían construido en su planeta para tal fin. Se estimó que la nave llegaría a la Tierra en un tiempo equivalente a unos 25 años terrestres. Luego aterrizaría en una zona inhóspita con el objetivo de recolectar muestras del suelo, de la atmósfera, fotos, videos y un montón de cosas mas. Una vez alcanzado su propósito, la nave emprendería el regreso hacia su lugar de origen.
Por fin había llegado el tan ansiado día, la nave se encontraba a unos pocos kilómetros de la tierra y se preparaba para el aterrizaje. Al entrar a la atmósfera terrestre, se produjo un desperfecto no previsto, el ángulo al cual debía ingresar, no era el adecuado y la fricción hizo que la nave se partiera en mil pedazos, pedazos que fueron vistos desde la tierra por unos pocos humanos afortunados quienes creyeron estar presenciando la caída de una lluvia de meteoritos. La misión había fracasado. Desde el otro lado del universo, los seres superiores hicieron todo lo posible por recuperar algún contacto con la nave. Ese proyecto que tanto tiempo les había demandado se hizo trizas justo en el mejor momento. Decepción, bronca e indignación. Sentimientos muy propios de la Tierra hicieron eco en estas latitudes.
Solo recibían señal de unas de las cámaras de video de la nave, la cual no servía de nada puesto que la imagen que llegaba se veía totalmente negra. Lo mas probable es que al desintegrarse la nave en diversos fragmentos, esta única pieza de video que emitía señal habría caído en el fondo del océano. Cuando ya todo se daba por perdido, uno de los técnicos de la central descubrió que la cámara era movida por una fuerza ajena. Por unos instantes se vieron sobre los monitores la imagen de un cielo terrestre totalmente estrellado e iluminado por una luna llena. Luego la cámara giró y se divisó un jardín en el cual había una mesa con dos sillas. Finalmente se observó lo que nadie imaginaba, la silueta de un terrícola que se miraba en el reflejo de la cámara. Ya han pasado cinco años de aquel suceso y la cámara sigue emitiendo señal como aquel día en que cayó sobre la Tierra. Los seres superiores analizan día a día el comportamiento de este humano que sin saberlo ha colocado la cámara en uno de los estantes de su habitación y aseguran que ese terrícola esconde un secreto que nunca les será revelado.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

La noche que no pudo ser.

La nostalgia de la noche que no pudo ser me tiene al borde de la locura. Pues ya ha pasado un largo tiempo en que se han apagado las luces de las esperanzas y yo sigo soñando con esa noche que no pudo ser. El deseo de que lo utópico algún día se vuelva realidad.
La noche en que te llevaría conmigo a pasear de la mano a orillas del mar para obsequiarte caricias de nunca acabar. La noche en que escogería la flor mas hermosa para envolverte en su aroma y susurrarte al oído mis sentimientos profundos y aquellas palabras que nunca supiste escuchar. La noche en que nos sumergiríamos en las aguas profundas de lo prohibido para luego subir hasta el cielo, perderme en los senderos de tu cuerpo y entre penumbras y estrellas entregarte mi alma y regalarte suspiros de mi corazón.
Todo eso ocurriría en una sola noche, en esa maldita noche que no pudo ser.

lunes, 17 de agosto de 2009

San Martín

Hoy se cumple un nuevo aniversario de la muerte del general San Martín y sigo soñando aquello que las páginas de historia nos vienen postergando, con que algún día se haga posible el sueño imposible de la América unida. Aquí va mi pequeño homenaje para el prócer mas grande que tuvo la historia argentina:
"Padre de la patria, orgullo de todo buen argentino. Luchó desinteresadamente sin ambiciones personales y siguiendo el sendero del cóndor andino trepó hacia lo alto de la cordillera en busca del alba de la libertad. Nunca ensució su espada para conquistar territorios ni para conseguir riquezas materiales, sino para obtener el tesoro más preciado que necesitaba la América Latina: la libertad y la identidad de sus pueblos.
San Martín tenía muy grabado en su mente que todo buen ciudadano tiene la obligación de despojarse de codicias personales y materiales para ver a su patria rica y poderosa. Una de su mas grande y ejemplar virtud fue que no conoció ni ambicionó el lujo, llegó a donar sus magros sueldos, sólo conoció la gloria y en pobreza. A su hija Merceditas le dejó una serie de normas, en las cuales se basaba su filosofía de vida, como ser: amar la verdad, confianza en la amistad, respeto por la propiedad ajena, ser amable con los pobres... máximas que todos deberíamos practicar en nuestra vida. Murió un 17 de agosto de 1850. Sus restos descansan en la Catedral de la ciudad de Buenos Aires, y nosotros somos sus agradecidos y celosos custodios porque él fue, es y será: el Padre de la Patria."

sábado, 8 de agosto de 2009

Ojos

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Me encantan tus ojos,
me gusta observarlos, vislumbrarlos
y volver a contemplarlos.
Podría pasar horas mirándote a los ojos,
perdería la noción del tiempo fantaseando
y podría envejecer aguardando poseerlos.
Me encantan tus ojos
pequeños brotes del alma
hermosos luceros que al encenderlos,
dan luz a mi vida y despiertan mis sentidos.
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jueves, 30 de julio de 2009

Consecuencia de un amor perdido.

Se habían cumplido 3 meses de su partida. Sentía que la había perdido y que ya nunca la encontraría. Desde la proa miró hacia el horizonte como queriendo buscarla pero no vio más que kilómetros y kilómetros de agua rodeando su triste realidad. Perdido y sin rumbo... pronto todo terminaría.
Los días pasaban y seguía navegando en las tinieblas de la soledad a bordo de la ilusión de que pronto regresaría, y esa ilusión, ese pequeño barco de frágiles velas, en cualquier momento comenzaría a naufragar. Cada noche que pasaba miraba hacia el cielo y contemplaba la luna, se aferraba a la imagen de ella, recordaba sus besos, sus palabras, sus poemas e inevitablemente la angustia lo invitaba a llorar. Sin embargo, no se daba cuenta de que esas lágrimas derrochadas vanamente no hacían más que aumentar el caudal del mar y ese reflejo de la luna no hacía más que iluminar la consecuencia de un amor perdido. Era tan cruel consigo mismo que cada paso que daba lo llevaba a internarse aún más en altamar. Me atrevo
a asegurar que los días se habían convertido en una terrible monotonía, en una pesadilla de la que nunca despertaría. En el agua, las olas dibujaban el rostro de ella. En el aire, la brisa traía el perfume de ella. Todo era ella en ese inmenso mar.
Se resignó a pensar que el sol ya nunca aparecería y que las miles de nubes grises que lo acompañaban serían las únicas testigos de sus últimos días. Cansado y sin fuerzas se entregó a la agonía pues creía lo que no quería, creía que se ahogaría en el mar de la melancolía.

domingo, 26 de julio de 2009

Mujer



Eres la dueña de mis pensamientos
y la culpable de todas mis fantasías.
mujer, eres la inspiración de mis poesías.
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Tengo sed de tu miel
hazme beber sin que derroche
quiero escribir en tu piel
los versos más dulces esta noche.

sábado, 25 de julio de 2009

Prólogo de bienvenida

Hace un tiempo atrás, charlando con un amigo, también aficionado a la escritura, surgió el tema de que muchas veces a uno se le ocurren miles de ideas para escribir y luego por el simple hecho de no ponerlas en práctica, las mismas quedan flotando y perdidas para siempre en el espacio.
Así que me alentó a abrir este blog justamente para crear un espacio (valga la redundancia) en el cual esas ideas puedan quedar plasmadas y ser compartidas con ustedes.
Alguna vez me pregunté a mi mísmo qué era la escritura y creo que la respuesta mas acertada que se me ocurrió es la siguiente:
"La escritura es el arte de coordinar las palabras y transformarlas en melodías, la magia de la imaginación que permite romper las barreras del silencio, traspasar las fronteras y perdurar eternamente en una simple hoja de papel"
Aquí comienza mi blog, espero que les guste, saludos y abrazos para todos.