jueves, 17 de septiembre de 2009

Noticias de este mundo.

Nunca había llegado a casa con la camisa tan transpirada como aquella vez, el viaje de la oficina a casa fue una odisea interminable. El día había sido mas que complicado, el calor sofocante había marcado los 39 grados y para colmo en Buenos Aires, en esta jungla de cemento en donde la humedad se convierte a la enésima potencia y el sol transforma las veredas en una enorme caldera agobiante. Por fin en mi hogar, sacándome el traje. La verdad que siento una gran envidia hacia todas aquellas personas que pueden ir a sus trabajos vestidos como se les antoja. No entiendo por qué estando en el siglo XXI, hemos logrado avanzar y cambiar tantas cosas pero aún no hemos sido capaces de modificar este protocolo anticuado de usar traje en verano. La ducha con agua fría fue un alivio mas que suficiente (aunque en verdad no era fría puesto que el sol había estado toda la tarde impactando de lleno sus rayos sobre el tanque de agua).
A pesar de que seguía haciendo mucho calor, era una noche espectacular. Preparé algo liviano para cenar y cuando ya estaba listo me senté en el jardín a disfrutar de mi plato. He aquí cuando sucedió todo lo que tengo para contarles. Es que fue justamente en ese momento en el que un objeto extraño cayó desde el cielo y golpeó contra mi cabeza. Este objeto, una simple piedra redonda de un diámetro de 5 centímetros, de un peso de unos 300 gramos y de un color rojizo plateado, tiene una apariencia y una procedencia mas que misteriosa. Lo que mas llama la atención es justamente su color espejado en el cual me veo reflejado todas las mañanas. Digo que cayó desde el cielo porque realmente es prácticamente imposible que viniera desde otro lado. He analizado todas las alternativas posibles, al principio pensaba que podía ser algún vecino pero rápidamente lo descarté pues ese razonamiento solo tendría sentido si el vecino fuese un superhéroe y gozara de una fuerza extraordinaria. Pensé también en que se podría haber caído de algún árbol, pero tampoco esto tiene lógica. Todas las hipótesis que imaginé, precipitadamente fueron refutadas. Con el tiempo me afiancé mas hacia mis teorías sobrenaturales que son las únicas que pueden explicar este suceso. Hoy en día sigo pensando en que ese objeto puede ser un pedazo de una estrella que se desprendió del universo y justo cayó en mi jardín o bien puede ser un objeto arrojado desde un plato volador no identificado.

Lo cierto es que recogí la piedra y la puse como adorno sobre el estante de mi habitación. Ya han pasado cinco años de aquel suceso y la piedra sigue brillando como aquel día en que cayó sobre mi cabeza. Algún día la llevaré a analizar, pero ya la siento parte mía y el miedo a desprenderme de ella es lo que me fuerza a no hacerlo. Ustedes piensen lo que quieran, pero les aseguro que esa piedra esconde un secreto que nunca me será revelado.

4 comentarios:

  1. Si es todo tuyo esto, vas por buen camino, hay que pulirte un poco nada más.

    Haber cuando te dedicas uno a los humildes trabajadores de la ciudad.

    Fuerte abrazo, Pops

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  2. jajaja de la municipalidad puedo crear varios personajes, es una buena idea. Los cuentitos son 100% míos. La idea es juntar varios y algún día editarlos todos en un libro. Así q aprovechá ahora q son gratis. Saludos y gracias por dejar mensaje.

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  3. Muy bueno Jorgue!!
    La verdad que sí, toda historia tiene dos puntos de vista, dos lados para verla y son cosas muy distintas, y a la vez son lo mismo.

    Acordate que todavía nos tenemos que juntar a escribir, jaja...

    Y el libro va a ser una coautoría, jajaja...

    Saludos Jorgue!

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  4. Sí, algún día editaremos el libro con la selección de cuentitos y pronto será best seller. Eso si, no nos olvidemos de los sectores mas carenciados a quienes no debemos prohibir del privilegio de leer este libro. Hay que salir a distribuirlo por los barrios humildes.
    Abrazo!

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