jueves, 17 de septiembre de 2009

Noticias de otro mundo.

En una galaxia muy lejana, seres de otro mundo decidieron emprender una misión exploradora hacia el planeta Tierra. En aquellas regiones del universo se comenta que en la Tierra habitan seres inferiores, de inteligencia moderada y de comportamiento extraño. Hace años que se venía trabajando en este proyecto. Básicamente la misión consistía en lo siguiente: la nave partiría sin tripulantes para descubrir lo que ellos llamaban el planeta azul distante. Todo sería controlado desde una central de operaciones que estos seres inteligentes habían construido en su planeta para tal fin. Se estimó que la nave llegaría a la Tierra en un tiempo equivalente a unos 25 años terrestres. Luego aterrizaría en una zona inhóspita con el objetivo de recolectar muestras del suelo, de la atmósfera, fotos, videos y un montón de cosas mas. Una vez alcanzado su propósito, la nave emprendería el regreso hacia su lugar de origen.
Por fin había llegado el tan ansiado día, la nave se encontraba a unos pocos kilómetros de la tierra y se preparaba para el aterrizaje. Al entrar a la atmósfera terrestre, se produjo un desperfecto no previsto, el ángulo al cual debía ingresar, no era el adecuado y la fricción hizo que la nave se partiera en mil pedazos, pedazos que fueron vistos desde la tierra por unos pocos humanos afortunados quienes creyeron estar presenciando la caída de una lluvia de meteoritos. La misión había fracasado. Desde el otro lado del universo, los seres superiores hicieron todo lo posible por recuperar algún contacto con la nave. Ese proyecto que tanto tiempo les había demandado se hizo trizas justo en el mejor momento. Decepción, bronca e indignación. Sentimientos muy propios de la Tierra hicieron eco en estas latitudes.
Solo recibían señal de unas de las cámaras de video de la nave, la cual no servía de nada puesto que la imagen que llegaba se veía totalmente negra. Lo mas probable es que al desintegrarse la nave en diversos fragmentos, esta única pieza de video que emitía señal habría caído en el fondo del océano. Cuando ya todo se daba por perdido, uno de los técnicos de la central descubrió que la cámara era movida por una fuerza ajena. Por unos instantes se vieron sobre los monitores la imagen de un cielo terrestre totalmente estrellado e iluminado por una luna llena. Luego la cámara giró y se divisó un jardín en el cual había una mesa con dos sillas. Finalmente se observó lo que nadie imaginaba, la silueta de un terrícola que se miraba en el reflejo de la cámara. Ya han pasado cinco años de aquel suceso y la cámara sigue emitiendo señal como aquel día en que cayó sobre la Tierra. Los seres superiores analizan día a día el comportamiento de este humano que sin saberlo ha colocado la cámara en uno de los estantes de su habitación y aseguran que ese terrícola esconde un secreto que nunca les será revelado.

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