sábado, 20 de agosto de 2011

El fantasma

Si buscamos en el diccionario el significado de la palabra “borracho”, veremos que una de las posibles respuestas es la siguiente: persona que tiene trastornadas temporalmente las capacidades físicas y mentales a causa de un consumo excesivo de alcohol.
Hace ya un tiempo atrás me puse a investigar en forma más profunda este fenómeno extraño que suelen denominar como “borrachera”. Luego de un análisis exhaustivo en donde he observado el comportamiento de individuos que se inician en el hábito de la bebida, he investigado con parapsicólogos y médicos el proceso que atraviesa el cuerpo y la mente cuando una persona bebe; puedo decir casi con certeza que los resultados de mis estudios son asombrosos.
El significado del término borracho no es tan simple como nos describe el diccionario, sino que detrás de estas palabras se esconde la figura de un fantasma. Si, escuchó bien (y no estoy borracho), un fantasma. Un fantasma que utiliza el alcohol como anestesia para apoderarse momentáneamente de nuestros cuerpos. Cuando una persona está ebria el alma empapada en alcohol, entra en un estado de semidesmayo y se queda dormida convirtiendo a su cuerpo en la presa fácil del fantasma. No se puede definir el punto exacto pero hay un momento, quizás la octava o novena copa, en que el cuerpo empieza a titubear, la visión se nubla y la cabeza se sube a una calesita. Es en ese preciso instante cuando el fantasma suele atacar. Quienes toman casi ni se dan cuenta, el fantasma no les roba el alma sino que aprovechando esta situación, se apodera de sus cuerpos y sus movimientos. Una vez cumplido este objetivo, el fantasma tiene libertad de acción con nosotros pero solamente por el término de unas horas. Cuando definitivamente comienzan a desaparecer los efectos de la borrachera, se verá obligado a abandonarnos.
A través de charlas que he mantenido con personas que aseveran la existencia del fantasma, he recabado infinidad de anécdotas con las cuales no solo podría escribir un cuento, sino que podría editar un libro entero.
Entre las historias más populares, muchos recuerdan la noche en que el fantasma se apoderó del cuerpo de un pescador que había estado toda la madrugada bebiendo alcohol. Esa vez el whisky fue la bebida utilizada como nexo para atacar. A eso de las ocho de la mañana, cuando la botella ya estaba vacía, el pescador bajó hasta la playa y se internó con sus redes en el mar. Como todas las mañanas dio un par de vueltas en el agua, esperó un tiempo prudencial y finalmente recogió las redes. En la orilla desenvolvió los hilos y seleccionó uno por uno los peces atrapados. Depositó en un baúl de madera aquellos peces que tenían un tamaño considerable y un alto potencial de venta, mientras que los peces de tamaño inferior los arrojó nuevamente al mar.
En su segundo intento de pesca, mientras envolvía la red descubrió que el peso de un gran pez dificultaba su tarea. Tiró con fuerza hacia la orilla y al llegar a tierra firme sus ojos observaron atónitos a la joven y bella sirena que se hallaba envuelta entre las redes. No podía creer lo que estaba viendo, una figura con torso de mujer pero con cola de pescado en su parte inferior. El pescador forcejeó unos minutos con la sirena que luchaba por ser liberada y regresar al mar. Cuando finalmente pudo controlarla, la metió dentro del baúl de madera y la cerró con candado para que no pudiera escapar. El hombre dispuesto a hacerse millonario llamó a los medios de televisión para vender las imágenes de la primicia. En el pueblo todo fue una revolución, las sirenas dejaban de ser un ser mitológico y estaba en el cofre la prueba de su existencia. Una vez negociado el precio con una de las más importantes cadenas de televisión, el cofre fue abierto, saliendo a la luz la verdad. En ese instante los canales transmitieron en vivo y en directo las imágenes de una rubia mujer vestida con traje de neoprene y patas de rana, quien a los gritos explicaba que ella era simplemente una nadadora que había sido privada de su libertad por este loco e imbécil borracho. Todo había sido una confusión o mejor dicho otra de las tantas travesuras del fantasma.
Muy conocida es también aquella vez en que el fantasma hizo de las suyas con una mujer de alrededor sesenta años que se encontraba de vacaciones a bordo de un crucero. Es que cuando anunciaron por los altos parlantes del barco que habilitaban una hora de caipirinha gratis, el fantasma no tuvo mejor alternativa que acostarse en una de las reposeras de la proa y deleitarse con su próxima víctima. Así fue como apareció esta pobre mujer en las inmediaciones de la barra de tragos y comenzó a beber desaforadamente. Ya después de una hora, cuando el alcohol comenzaba a fluir como oxígeno por el cuerpo de esta mujer, el fantasma no dudó y atacó. Rápidamente la mujer se convirtió en el hazme reír de la tripulación. Risas, gritos, bailes ridículos y hasta un desnudo delante de la multitud fueron protagonizados por la mujer que actuaba semejante papelón ante la connivencia dolosa del fantasma.
Los borrachos nunca se acuerdan lo que hicieron porque todo lo hace el fantasma. Algunas teorías afirman que en verdad no se trata solo de un fantasma, sino que son varios distintos, cada uno de ellos con una personalidad diferenciada, estando aquel que gusta de las fiestas y la diversión, como aquel extremo opuesto que disfruta de recuerdos y melancolías. Los expertos que han intentado estudiar este fenómeno aseguran que los fantasmas son en realidad almas a las que se les ha negado el acceso al paraíso y que fueron condenadas para siempre a morar en una dimensión incierta. Con el tiempo estos fantasmas supieron ingeniárselas y descubrieron que a través del alcohol podían apoderarse de los cuerpos terrenales y aunque el efecto no durara mucho tiempo, se convirtió en la forma más eficaz para volver a vivir pequeñas experiencias humanas.
Generalmente se los puede encontrar en las fiestas, ya que es allí en donde abunda el alcohol en cantidades y las personas que disfrutan de beberlo en exceso. Una de las bromas preferidas del fantasma es la de abandonar el cuerpo de sus víctimas en el instante en que se vuelven a sus casas, suelen hacer despertar a la persona en el momento en que el colectivo o el tren está llegando al final del recorrido. Son miles los casos de jóvenes que toman el tren para volver a sus casas y teniendo que bajar en la estación de Ramos terminan despertando en la estación de Moreno. Otras bromas que realizan con frecuencia es la de dejar a sus víctimas durmiendo en lugares ridículos, siendo muy conocidos los casos de madres que despiertan y encuentran a sus hijos dormidos en las bañaderas de sus casas.
Es importante aclarar que el fantasma no mata, pero saca a la luz las peores miserias de nuestras vidas. Personalmente quiero dar fe de su existencia pues yo también he sido una de sus víctimas. Todos somos vulnerables a sufrir uno de sus ataques. En familia o con amigos, en cualquier reunión, fiesta o lugar en donde haya una copa de alcohol, ten la certeza que el fantasma anda ahí, al acecho y en busca de su próxima víctima.

2 comentarios:

  1. Muy groso lo tuyo Jorge. En primer quiero aclarar que yo fui testigo de tu cuerpo apoderado por el fantasma! No eras vos ese!! jajajajaja

    El fantasma saca lo peor de nuestras miserias? o lo mejor de nuestras virtudes? El Borracho se ríe más, la pasa mejor, hace reir, es más compañero... Me lo quedo pensando!

    Abrazo de gol viejo!

    Nicovi

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  2. Nicovi,
    Desde tu punto de vista tenés razón, pero en verdad esa frase del texto es una metáfora a lo que viene después de la borrachera, lo que algunos llaman con el nombre de "resaca". Ese momento en donde el ser humano siente un vacío existencial y jura no tocar nunca mas una copa de alcohol en la vida. Los que sufrieron alguna vez uno de mis ataques saben de que hablo.
    Cuidate! Te tengo en mi agenda.
    El fantasma

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